¿El estrés te hace comer cualquier cosa que sea alta en azúcar y grasas como sorbete y boquitas?
Si es así, no estas solo.
Se dice que el 91% de personas experimentan estrés en su vida y un 77% están regularmente estresada.
La mitad de las personas en situación de estrés comen más como respuesta. Además, las comidas que se nos apetecen cuando estamos ansiosos tienden a ser comidas que nos “hacen sentir mejor” de inmediato, llenas de azúcar y/o grasa como chocolate, dulces, galletas, sorbete y boquitas saladas. Estudios sugieren que el estrés es un factor de riesgo para obesidad y altera la química cerebral de forma similar que en la adicción al alcohol y drogas para hacer que queramos comidas más sabrosas.
Aunque no siempre podemos eliminar las causas mayores de estrés de nuestras vidas como presiones financieras, problemas de relaciones o un familiar enfermo, podemos seguir pasos para ayudar a superarlos de una forma saludable. Estudios demuestran que varias técnicas de comportamiento pueden ayudar a manejar el estrés de mejor forma y llevan a disminución de niveles de hormonas que causan estrés a pérdida de peso y pérdida de grasa abdominal. También te ayuda a comer por hambre física.
Comer por estrés es comer de forma emocional, que es un término que nutricionistas y psicologas utilizamos para describir el comer en respuesta a emociones positivas o negativas, como sentirte feliz, triste, solo, aburrido, nervioso o enojado. Nuestros cuerpos están diseñados para comer por hambre física (cuándo tu estómago se siente vacío y está gruñendo) en lugar de señales externas o razones emocionales.
Cuando usamos comida para alimentar nuestras emociones, la ganancia de peso resulta por perder la habilidad de sentir hambre física real y comer las cantidades correctas basadas en cuanto combustible necesita nuestro cuerpo. Adicionalmente, cuando “alimentas” tus emociones con comidas altas en azúcar y grasa, puedes sentirte bien inmediatamente después de comer por que satisfaces las áreas de placer y recompensa del cerebro, pero con el tiempo más y más comida para tener la misma respuesta. Si no implementas formas más saludables de lidiar con tus necesidades emocionales, cada vez va a ser más difícil mantener un peso normal.
Espera: cuando estás a punto de agarrar el sorbete, boquitas o galletas, espera y piensa por que razón vas a comer, esto te da tiempo de calmarte y evaluar si tienes hambre física real o sólo emocional. También puedes esperar 10 minutos antes de comer algo. En 10 minutos, si aún tienes el antojo de la comida, entonces sírvete una sola porción para ver si te satisface. En la mayoría de casos, el solo esperar te ayudará a darte cuenta que no tienes hambre real y estás alimentando tus emociones.
Respira profundo: Esta recomendado para ayudarte a reducir el estrés, y funciona. Estudios muestran que enfocarte en tu respiración es una forma simple de calmar tu mente.
La respiración originada en el abdomen es fácil de hacer y es muy relajante. Trata este ejercicio básico cada vez que necesites relajarte y reducir estrés.
1. Sientate en una posición comoda
2. Pon una mano en tu abdomen, justo abajo de tus costillas y la otra mano en tu pecho..
3. Respira profundo por la nariz y deja que tu abdomen empuje a tu mano hacia afuera. Tu pecho no debería moverse.
4. Expira por la boca con los labios fruncidos como con un silbido. Siente la mano en tu abdomen acercarse a ti y úsala para sacar el aire.
5. Haz esta respiración 5 veces, tomándote tu tiempo con cada respiración.
Lee o escribe: Leer una revista o un libro te ayuda a reducir estrés casi de inmediato. Escribir también funciona como una forma de enfrentar las cosas. Cuando te sientas abrumado o con la sensación de necesitar comida, escribe lo que sientes. No tienes que escribir algo en particular, solo empezar a escribir lo que se te venga a la mente.
Mueve tu cuerpo: La actividad física modera es una de las mejores formas de reducir el estrés y aumentar los químicos cerebrales que te hacen sentir bien. Puede ser la ultima cosa que sientas que tienes tiempo de hacer cuando estas estresado, pero levantarte y moverte (ir a caminar o intentar una nueva clase) no sólo te ayudará a relajarte también te hará ser más productivo. Tomar mini descansos para moverte será un aliado para cuando estés ansioso.
Llama a alguien: Estudios demuestran que hablar con tu mamá pueden disminuir el estrés, pero si tu mamá no está disponible, llama a un amigo o cualquier persona que tenga 5 minutos para oirte. Cuando tenemos la oportunidad de hablar sobre nuestras vidas y el estrés que estamos pasando, nos ayuda a procesar la emoción y a tener un mejor plan para lidiar con eso.